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La Edad de las Finanzas. BB, Generación X, Millenials…

Las finanzas personales cambian a lo largo de la vida de una persona, los expertos reconocen 5 períodos que se encuentran vinculados directamente con sus finanzas:

1- Un primer período que abarca desde la infancia hasta los 18 o 19 años donde se aprenden los conceptos esenciales sobre el uso del dinero y el ahorro, normalmente guiados por los padres.

2- En la siguiente etapa, entre los 19 y los 30 años, la principal preocupación es la propia formación cara al futuro siendo habitual tener que invertir en algún máster, curso etc. En esta etapa se empieza a pensar en ahorrar dinero para el futuro y se realizan las primeras inversiones a veces recurriendo a algún tipo de crédito.

3- Entre los 31 y los 45 años es la etapa donse se suelen recibir los mayores ingresos y donde surgen otro tipo de necesidades relacionadas con frecuencia con una familia, una hipoteca, etc., lo que obliga a gestionar bien los recursos.

4- La siguiente etapa, entre los 46 y los 55 años, es un período de consolidación.

5- A partir de los 56 años se inicia la última etapa. Durante todos estos años las cargas financieras disminuyen al no tener que asumir responsabilidades adicionales. Las personas se centran en gestionar sus ahorros y disfrutar de sus inversiones.

Pero las finanzas también cambian a lo largo del tiempo, de generación en generación.

Baby Boomers, Generación X, Generación Y o Millenials, Generación Z… son las más conocidas y las que marcan el contexto actual dejando un análisis social y económico muy interesante debido a la enorme brecha generacional que ha supuesto el desarrollo tecnológico. El cambio es inherente a la propia historia del ser humano pero la velocidad del cambio de las últimas décadas nos deja una foto con una diversidad nunca vista. El salto cualitativo es de tal envergadura que casi se puede hablar de mundos diferentes obligados a interactuar. Esta complejidad se refleja también en las finanzas y merece un análisis; lo vamos a hacer a través de los protagonistas de la ilustración. Os presento a: 

Lucía, la última de la cola, 50 años; delante están Pablo, 8 años y Juan, su padre con 40 recién cumplidos. En cuarta posición está María, nuestra abuela que ronda los 80 y frente a ella espera Clara, ya en la treintena, y Carlos, 19 años, camino de los veinte aunque no lo parezca. Pocas veces o ninguna convivieron juntas generaciones tan diferentes: 

 
Entre los Baby Boomers, nacidos entre 1946-1964, está María, que pertenece a una época de esperanza y ambición por cambiar las cosas, después de un período de dificultades y austeridad. Muchos consiguen un trabajo estable y a largo plazo lo que les ofrece un nivel de vida desconocido convirtiéndose el trabajo en un modo de ser y de existir.
No le dedican mucho tiempo al ocio y a la actividad recreativa. Las mujeres de esta generación aún se están incorporando al mercado laboral pero se empiezan a romper estructuras sociales.

Su perfil financiero lo podemos definir como conservador, con un bajo nivel de endeudamiento y con aversión al riesgo. Sin cultura financiera se dejan guiar por su gestor de confianza y mantienen un elevado grado de fidelización a su entidad de toda la vida.

A esta generación cien por cien analógica la tecnología le deja un mundo que no entiende. María probablemente necesite ayuda para utilizar el cajero, quizás aprenda algunos usos básicos pero le cuesta utilizar la tarjeta y prefiere seguir pagando con dinero. Muchos de su edad acaban delegando sus finanzas a terceros, normalmente a sus familiares más cercanos.

Dentro de la Generación X tenemos a Lucía (1965-1981). Pertenece a una generación de transición que nació en un mundo analógico pero que a la vez asistió a la aparición de Internet y a los grandes avances tecnológicos de la época. Están marcados por grandes cambios sociales y por la obligación de una continua adaptación que busca alcanzar un equilibrio entre dos mundos. Ese equilibrio lo trasladan a la gestión de sus finanzas, mantienen un perfil preferiblemente conservador pero empiezan a informarse y a combinar la delegación en manos de profesionales con la propia gestión. Su grado de fidelización sique siendo bastante alto pero ya no es tan incondicional y está abierto al cambio si las circunstancias lo requieren.

Entre sus valores se encuentra el esfuerzo y la dedicación al trabajo y suelen aceptar los órdenes de jerarquía institucional. Su energía se reparte entre los hijos, el trabajo y el tiempo de ocio.

Generación Y o Millenials (1981-1996). Aquí podemos meter tanto a Juan con sus 40 como a Clara con sus 30. De hecho, lo normal es encontrar perfiles mixtos que comparten cualidades de varias generaciones.

En esta etapa ya están totalmente adaptados a la tecnología, de hecho la vida virtual es una extensión de la vida real. No obstante aún conservan algunos códigos de privacidad en relación a lo que exponen o no en Internet.

Son emprendedores y creativos y probablemente la generación mejor preparada pero no dejan la vida en el trabajo; según estudios, duran en sus trabajos un promedio de dos años, a diferencia de la generación X y los «baby boomers». Anteponen otros ideales e intentan vivir de lo que aman hacer. Podemos decir que es una generación disruptiva en su modo de entender la vida, criticada y admirada casi en la misma medida.

Aficionados a la tecnología del entretenimiento, a viajar y a las redes sociales. Su grado de fidelización es bajo tanto en sus trabajos como en las finanzas. Les gusta tener el control de la gestión de su dinero y conocer y entender los productos que contratan. Muchos son autodidactas y mantienen la mente abierta a lo nuevo, de hecho han pasado gran parte de su vida en un contexto de volatilidad financiera, donde los productos y las relaciones son cada vez más complejas. Las dificultades del mercado laboral les obliga a buscar trabajo fuera de sus fronteras por eso no son partidarios de atarse con hipotecas aún en el caso de poder permitírselo. Sus finanzas son prácticamente en su totalidad online y no pisan una oficina bancaria salvo que sea algo imprescindible. Son los más activos en todo tipo de inversiones, desde la bursátil hasta el Crowdlending. No tienen tanta aversión al riesgo ni al endeudamiento a corto plazo, viven el día a día condicionados por el contexto social y económico que les ha tocado vivir defendiendo valores éticos y de ecología.

Esta generación representa el mayor porcentaje de inversores de INVERSA, la mayoría no sólo quiere poder elegir y decidir por sí mismos sino que además disfrutan. Suelen diversificar mucho su portofolio financiero y valoran mucho la democratización de las finanzas.

Generación Z o «Centennials» (2001 a 2015). No accedieron a la vida laboral todavía o lo han hecho de un modo esporádico. Carlos domina la tecnología y parte de su vida transcurre en Internet. Creativos, sobreinformados y más autodidactas todavía que los millenials, consumen gran cantidad de tutoriales buscando información y entretenimiento. 

Todavía no podemos hablar de un comportamiento laboral y financiero definido pero se guían mucho por los Youtubers a todos los niveles y no tienen problema en compartir sus opiniones y experiencias por las redes. Su mundo es online, lo llevan en su ADN, y sus finanzas también lo serán.

A nivel laboral les preocupa encontrar una vocación acorde a sus gustos y un futuro incierto marcado por las crisis y la inestabilidad que contrasta con el elevado nivel de vida con el que crecieron. Probablemente sea también la generación, junto con la Alpha, más comprometida con el medioambiente.

Por último la Generación Alpha (2015…) es Pablo que con sus ocho años permanece pensativo observando y explorando el mundo y que con curiosidad mira a esa máquina que «regala dinero».

Su papel aún no está escrito, es una hoja en blanco donde sólo podemos imaginar y predecir. Probablemente él o su hijo ya no utilicen dinero tal y como lo conocemos, ni siquiera una tarjeta en el cajero. El móvil será el medio de pago para todo y el sustituto de la oficina bancaria

Como vemos, estudiar la capacitación o competencia financiera de los individuos en cada momento de la historia supone tener en cuenta aspectos como la edad, el contexto social, los valores, la oportunidad de acceder a los productos financieros, la cultura financiera o las competencias tecnológicas. Estas últimas han originado cambios sociales profundos que marcan un cambio de modelo financiero. La crisis del 2008 y la actual del Covid han acelerado este proceso pero la semilla del cambio ya estaba ahí. Desgraciadamente por el camino quedan excluidas generaciones que conocieron otro mundo y que asisten atónitas y resignadas a esta transformación a todos los niveles, también laboral; pero el cambio es imparable y queda en nuestras manos conseguir que sea para mejor. 

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